viernes, 4 de abril de 2014

Discurso de Belarmina Martínez González, Distinción Honorífica, 2014

Acto Institucional de entrega de los Premios del Instituto Canario de Igualdad, correspondientes a los años 2012 y 2013, celebrado en Santa Cruz de Tenerife, el 20 de marzo de 2014.


Dª Belarmina Martínez González, Distinción Honorífica en esta convocatoria, pronunció las siguientes palabras en nombre de las personas y entidades premiadas:

"Sr. Consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad,
Sra. Directora del Instituto Canario de Igualdad,
Cargos Públicos de las diferentes administraciones, autoridades presentes,
Organizaciones de mujeres,
Organizaciones sociales,
Miembros del Jurado,
Familia y amigos/as,
Público en general.

En primer lugar quiero dar las gracias  en nombre de las organizaciones premiadas y en el mío propio, por el honor que supone para nosotras este reconocimiento por parte del gobierno canario. 

Gracias por estar aquí, en este acto solemne de la entrega de los premios 8 de marzo 2014.

Gracias en primer lugar al Instituto Canario de Igualdad por mantener en estos tiempos de dificultad el concurso para los premios que visibilizan el trabajo de organizaciones y personas particulares.

Gracias a las instituciones y organizaciones que se han implicado proponiendo a quienes consideraron activistas de la causa de las mujeres.

Gracias al Jurado por dedicar su tiempo y contribuir a hacer visible la lucha de las mujeres por su dignidad y sus derechos de igualdad.

Por el reconocimiento que a mi respecta, el camino recorrido nunca lo transité sola. Hubiera sido imposible. Lo hice acompañada por muchas mujeres que creyeron y apoyaron nuestra lucha incruenta. Profesionales excepcionales y voluntariado generoso y especialmente ético.
Como la que fuera pieza fundamental de la construcción de la organización, deseo nombrar a la tristemente desaparecida Carmen Llopis que puso en marcha la Fundación Solidaridad Democrática en Gran Canaria, y a Concepción Martín Cabezola en La Palma.
Muchas han sido las personas que se implicaron en un proyecto feminista, democrático y social, que no puedo nombrar hoy aquí.
Como voluntariado, nombraré a la siempre generosa Gloria Carrillo Ascanio, Isabel García Estrada, Sergio Arbelo, y Antonio Lorca y muchas más personas de una lista que resultaría  interminable.

Pero sin duda, lo que ha sido determinante  para  nuestros avances, es haber contado con el compromiso y la complicidad de las Administraciones Públicas. En un principio, no fue tarea fácil, pero con paciencia y tesón, y sobre todo, en el buen entendido de llevar razón en nuestros planteamientos y nuestras reivindicaciones, y con nuestra insistencia, se fueron abriendo las puertas de los despachos y las del presupuesto, para crear servicios sociales asistenciales primero y desarrollar políticas preventivas y de acción positiva después, convirtiendo a nuestra Comunidad Autónoma en pionera de la puesta en marcha de la red de los servicios sociales para atender a las mujeres víctimas de violencia. Y aprobando un Plan de Erradicación de la Violencia, ejemplar en su contenido y casi en su desarrollo.

Quiero llamar la atención sobre el hecho preocupante de lo fácil que puede ser  retroceder en derechos, de lo poco sólido que está lo conseguido, de cómo aquello que parecía estable y conquistado puede caer por la influencia, siempre perversa para las mujeres, de esa parte de la sociedad  más retrógrada. De la influencia que la  Iglesia Católica está teniendo sobre el Gobierno de la Nación. Que parece que haya dictado el proyecto de Ley defendido por el Ministro de Justicia para derogar la actual ley de plazos e imponer una norma que retrocede más de 30 años.
Y eso puede ocurrir por muy disparatado que hoy nos parezca.
Antonio Muñoz Molina en su último libro: “Todo lo que era sólido” dice: Creo que el edificio de la civilización está siempre en peligro de derrumbarse y que hace falta una continua vigilancia para sostenerlo. De un día para otro un país civilizado y desarrollado puede hundirse en la barbarie”.

NO DEBEMOS DORMIRNOS EN LOS LAURELES, TODO LO QUE CREIMOS CONSEGUIDO PODEMOS PERDERLO SI NO ESTAMOS ACTIVAS Y ACTIVOS EN LA DEFENSA DE NUESTROS AVANCES. AHORA.

Me gustaría dejar una impronta personal acerca de las motivaciones, de la empatía y de la solidaridad entre mujeres:
Escuchamos con demasiada frecuencia decir a mujeres, supuestamente importantes en diversas disciplinas: “yo nunca me he sentido discriminada por ser mujer”.
De quienes así se pronuncian pienso que son individualistas, narcisistas, insolidarias y viven al margen del devenir de sus congéneres.
CUANDO una niña, una joven, una mujer  es abusada, acosada, violada, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO  una niña, una mujer es mutilada genitalmente para impedir su derecho al placer, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO una mujer es maltratada, física, psíquica, sexual y económicamente, a veces hasta su muerte, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO en los conflictos bélicos miles de mujeres son violadas y tratadas como botín de guerra. YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO  se trafica con las mujeres pobres del mundo, convirtiéndolas en mercancía, para la trata y la prostitución, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO  una mujer y sus hijos son abandonados por su compañero, sumiendo a esa familia en la soledad y la pobreza, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO una mujer desarrollando un trabajo del mismo valor, recibe un salario muy inferior a sus compañeros masculinos, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
CUANDO una mujer no puede decidir sobre su cuerpo, sobre su sexualidad, sobre su patrimonio  y no tiene derechos de ciudadanía, YO ME SIENTO DISCRIMINADA. 
CUANDO por razones de edad, se le cierran las oportunidades a las mujeres en todos los campos de la vida, YO ME SIENTO DISCRIMINADA.
MIENTRAS los museos oculten en sus sótanos las obras de arte de las mujeres y muestren en exclusiva el arte masculino, YO ME SENTIRÉ DISCRIMINADA.
EN DEFINITIVA, mientras exista una sola mujer en el mundo que sufra discriminación por el hecho de ser mujer, YO ESTARE EN LA LUCHA POR LA DIGNIDAD DE ESA MUJER Y POR EL RESPETO A SUS DERECHOS.

LA IGUALDAD NO PUEDE SER COMO EL HORIZONTE QUE CUANDO CAMINAMOS HACIA EL SE ALEJA. LA IGUALDAD  ENTRE HOMBRES Y MUJERES DEBEMOS CONQUISTARLA ENTRE TODAS Y TODOS Y CORRESPONDE A LAS PODERES PÚBLICOS POR IMPERATIVO CONSTITUCIONAL (ARTÍCULO. 9.2) REMOVER LOS OBSTÁCULOS PARA QUE LA LIBERTAD  Y LA IGUALDAD SEAN EFECTIVAS."

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